Un día como
hoy, 1712
Suenan
tambores litúrgicos que marcan el paso de las condenadas. El itinerario hasta el
punto final de la hoguera está ya marcado por pivotes humanos que se mueven
agresivamente estrechando el paso.
Durante años
ha sido perseguido todo aquel que relega de la dogmática propuesta por la
iglesia acusándole de hereje, ahora esta ha buscado un nuevo objetivo, las
brujas.
Ellas, custodias
de sabiduría y tradiciones ancestrales
que se materializan mediante el uso de
ciertas hierbas con finalidades curativas, resuelven problemas del pueblo, que
ha dejado de hacer consultas al sacerdote, quien no les daba más solución que
la resignación de que eso debía ser así. Esto ha minado la idea de que la
iglesia es la única y verdadera
mediadora entre los hombres y Dios.
Así que,
mediante la manipulación propagandística, la Iglesia ha equiparado a las brujas
con el demonio y ha creado una nueva institución llamada Inquisición que se
dedica a la quema masiva de estas ciudadanas.
La superstición
ha hecho que se desatase una brutal persecución contra las brujas, acusadas de
ejercer la magia y la brujería por sus conciudadanos. Se ha producido un efecto psicológico, producido por el miedo
y la propaganda, que obliga a los ciudadanos a estar en uno u otro bando.
Ya ha
empezado a prender la hierba y la madera que conforman la pira fúnebre de las
réprobas, sus alaridos van en aumento al ritmo que su carne se va abrasando.
Mientras tanto, observo como el pueblo brama desencajado injurias y escarnio, personas comunes que sumidas en el
desconocimiento, las tradiciones, y la presión religiosa han sido convencidas
de la capacidad de las brujas de realizar actos satánicos. En ningún momento sienten
que están haciendo algo malo al condenarlas
a la hoguera y en ningún caso se sienten manipulados y apartados de la
realidad subyacente.
Un día como
hoy, 2012
Suenan
tambores litúrgicos que marcan el paso de los manifestantes. El itinerario
hasta el punto final del recorrido está ya marcado por pivotes humanos que se
mueven agresivamente estrechando el paso.
Durante años
ha sido perseguido todo aquel que relega de la dogmática propuesta por el
gobierno acusándole de antisistema, ahora este ha buscado un nuevo objetivo, el
15 M.
Ellos, custodios
de sabiduría y datos públicos que se
materializan mediante el uso de la
difusión de dichos datos, resuelven problemas del pueblo, que ha dejado de
hacer consultas al gobierno, quien no les daba más solución que
la resignación de que eso debía ser así. Esto ha minado la idea de que el
gobierno es el único y verdadero mediador entre los ciudadanos y la ley.
Así que,
mediante la manipulación propagandística, el gobierno ha equiparado a los
manifestantes con los terroristas y ha creado una nueva institución llamada Ley
Anti Manifestaciones que se dedica a la detención masiva de estos ciudadanos.
La
superstición ha hecho que se desatase una brutal persecución contra los manifestantes,
acusados de ejercer resistencia y terrorismo por sus conciudadanos. Se ha producido un efecto psicológico, producido por el miedo
y la propaganda, que obliga a los ciudadanos a estar en uno u otro bando.
Ya ha
empezado a prender la brecha y el miedo que conforma el ímpetu de los réprobos, sus aclamaciones
van en aumento al ritmo que su indignación va creciendo. Mientras tanto,
observo como el pueblo brama desencajado
injurias y escarnio, personas
comunes que sumidas en el desconocimiento, las tradiciones, y la presión mediática
han sido convencidas de la capacidad de los manifestantes de realizar actos vandálicos. En ningún
momento sienten que están haciendo algo malo al condenarlos a la cárcel y en ningún caso se sienten
manipulados y apartados de la realidad subyacente.
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